lunes, 2 de mayo de 2011

El Miedo (capítulo 3 - Umbral de tolerancia)

De vuelta de mi viaje a China y de unas largas vacaciones, retomo el blog con el mismo ánimo e interés que siempre. Me gustaría continuar con la saga del miedo, ya que desde que me he centrado últimamente en escribir sobre él, me han llegado más personas interesadas y preocupadas por saber cómo gestionar esa ansiedad y ese miedo, muchas veces aparentemente absurdo e irracional. Así que después de haber escrito el Capítulo 1 y el Capítulo 2 sobre el miedo, vamos con la 3ª parte.

Por norma general en muchas ocasiones nuestro rival interno no nos permite controlar nuestra mente, lo que da lugar a que empecemos a crear pensamientos que no deseamos en absoluto. Si el rival interno dice "PARA" generalmente lo hacemos, si dice "no lo intentes porque fracasarás", no lo intentamos y en consecuencia fracasamos. El cerebro tiene un interruptor, que tiene un umbral de tolerancia muy bajo, al mínimo estrés o pánico el cerebro se inhibe y nos deja muy lejos del objetivo que estábamos intentando. Hay una frase que dice "la mayoría de gente se va a la tumba sin haber puesto a prueba sus mejores habilidades". Es por culpa de esto. Vivimos en una sociedad tan "suave" en su forma de hacer las cosas, que al mínimo atisbo de pánico o estrés tiramos la toalla. 

Si queremos lograr éxito en nuestra vida debemos subir ese umbral de tolerancia del interruptor. Algunas personas lo tienen más alto que otras, cada persona es un mundo. Esto se logra ampliando gradualmente nuestros límites hasta llegar a nuestra plena capacidad.

¿Qué sucede cuando superas ese umbral de tolerancia? ... DOLOR! mucho dolor! 
Es imposible superar ese umbral o tirarlo abajo sin haber luchado una épica batalla contra nuestra propia mente. 

Resumiendo, cuando sientas miedo, reconócelo como reacción natural de tu cuerpo ante un conflicto, acepta su presencia con toda la calma del mundo, sin pánico, contrarresta o neutraliza todos tus pensamientos negativos. 

Por experiencia propia os puedo decir que el dolor, el miedo, la autoestima baja y el rival interno atacarán juntos o por separado, pero atacan. Cuando lo hacen juntos a veces la situación es realmente complicada de sobrellevar. Te atacan tus puntos más débiles para que abandones. Pero vencer a estos elementos te hace cada vez más fuerte y no sólo hace que tu umbral de tolerancia suba, sino que forja en ti una personalidad y una autoestima mucho mayor.

Hace un par de semanas viajé a China para enfrentarme cara a cara con mi rival interno (aparte de visitar la muralla china ;) ), los que me conocéis personalmente sabéis por qué, los que no, os diré que el desencadenamiento de mi transtorno de ansiedad y mi posterior interés por el mundo de la psicológica, coaching, desarrollo personal etc, viene determinando por una experiencia traumática que viví en China en 2007. Así que al regresar, lo primero que hice fue mandarle un email a la psicóloga que me ayudó durante unos años, con unas fotos de mi estancia allí y con un email agradeciéndole todo lo que había hecho por mí.
Releyendo ese email, me di cuenta de que le escribía como si fuese un capitán general, como si la vida fuese perfecta y maravillosa, como cuando tienes la autoestima tan alta que te comes el mundo. ¿Sabéis por qué?

Por que enfrentarme a todos mis miedos, sufrir todo lo insufrible, agotamiento, dolor, pánico, mi rival interno machacándome a base de bien..., aún con todo eso gané la batalla y no sólo he subido mi umbral bien alto, sino que ahora mismo me como el mundo. 

Lo que quiero trasmitir es que cuanto más te enfrentes a tus miedos, más desensibilizado estarás a ellos y más fácil te será controlarlo y utilizarlo en tu provecho. Una de las cosas que le escribí a mi psicóloga fue : "¿recuerdas cuando te decía que la ansiedad había acabado con mi vida?, pues a día de hoy puedo decirte que doy gracias de haber tenido que vivir con ella" 
La ansiedad y el miedo me han hecho más fuerte de lo que era antes de que me pasase nada.

Pero como a la mayoría me queda muchísimo camino por recorrer. El objetivo final es la fortaleza mental tal, que cualquier cosa que la vida te interponga en tu camino sea un mero reto, de cuya aceptación ya no serás reacio y nada te parecerá que está por encima de tu capacidad mental. 

2 comentarios:

  1. Enhorabuena Jaime!!! Estoy muy orgullosa de haber compartido el camino y posterior enfrentamiento contigo. Como ya te dije allí... me pareces muy valiente y sabía que a día de hoy te sentirías mejor. Eres un ejemplo para otras personas que están pasando por lo que tú has pasado.

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