sábado, 19 de marzo de 2011

El Miedo (capítulo 1 - ACEPTACIÓN)

Durante estos últimos años me he ido involuntariamente haciendo experto en el miedo. 

En este blog ya se ha hablado de la ansiedad en varias ocasiones y la verdad que antes de crear el blog sobre una temática generalizada en aspectos de desarrollo personal y coaching, pensé en escribir únicamente sobre el miedo. ¿Por qué? 

Pues probablemente porque mi desarrollo personal ha sido frenado en gran parte por el miedo y la ansiedad. Como he dicho al principio, involuntariamente me he hecho un experto y lo digo humildemente. He sufrido mucho durante años y he hecho sufrir mucho también. Por tanto, para mi desarrollo como persona es fundamental transmitir mis conocimientos y experiencias sobre el miedo al mayor número de personas, para así intentar que la gente quite ese freno que tienen puesto a sus vidas. Así pues escribiré sobre el miedo en una serie de artículos, para enseñar de forma práctica a vosotros, mis lectores, no sólo conocer lo que es el miedo sino entenderlo y posteriormente controlarlo. Quiero que aprendamos a utilizarlo como nuestro aliado.

Todos sabemos lo que es el miedo más o menos, pero coloquialmente se podría decir que es cuando el cerebro tiene una sensación de peligro y ordena que el cuerpo segregue adrenalina (una hormona que nos ayuda en nuestras acciones de lucha o huída). Esta desagradable e intensa emoción nos produce una especie de paralización por terror. Esta paralización a veces puede ser debida al pánico y el pánico no es más que cuando nuestro cuerpo segrega toda esa adrenalina, pero no se utiliza. El cuerpo se inunda de adrenalina y nos quedamos desconcertados y paralizados.

¿Qué podemos hacer cuando esto sucede? Podemos controlar la adrenalina respirando profunda y controladamente por la nariz, esto activa el sistema nervioso parasimpático y ralentiza la segregación de la hormona. Es importante también saber que no es malo estar atemorizado y que el miedo es algo completamente natural.
Como escribí en el artículo de Ansiedad - Respuesta Prehistórica , en tiempos primitivos el miedo era algo cotidiano como comer o beber, te preparaba para luchar o correr. Pero en el siglo XXI ese miedo ya no forma parte de nuestro día a día. Así que cuando se presenta una situación en la que fluye adrenalina, ni la acogemos bien, ni la utilizamos, ni nos gusta, y eso es porque a diferencia de nuestros antepasados, no estamos familiarizados con ella.

Cuando la adrenalina permanece en nuestro cuerpo inutilizada, se convierte seguidamente en una olla a presión que cuando explota afecta a otros aspectos de nuestra vida. Por ejemplo se traduce en agresividad. Si esa adrenalina no la arrojamos hacia fuera, se convierte en ansiedad y puede desembocar fácilmente en depresión (recomen. Ansiedad - Camino a la Depresión).
 El sentimiento de miedo nos causa temor, el propio hecho de sentirnos temorosos produce más adrenalina y por tanto más miedo.

La primera vez que experimentamos un miedo abrumador por una experiencia vivida, luego tenemos un temor enorme de que suceda de nuevo. Este temor se convierte en un terror en toda regla y lo normal esque terminemos más temerosos de los sentimientos y síntomas que notamos relacionados con el miedo, que el propio miedo en sí. Para combatir esto es fundamental que nos metamos en la cabeza la idea de que los sentimientos de por sí NO PUEDEN HACERNOS DAÑO.
Sí, lo sé , son muy molestos pero deben aceptarse y no ser combatidos. La aceptación es el primer paso.

Si tú te dices a tí mismo una y otra vez, que aceptas los sentimientos y que aunque los sigas teniendo los seguirás aceptando, le estarás poniendo muy difícil a tu mente que te chantajee con amenazas de miedo. Acepta los sentimientos de temor, deja que pasen por tu mente, examínalos e incluso pide más. Sé que puede sonar muy absurdo pero es la única forma de combatir los ataques de ansiedad.

Estimados lectores, la única manera de que el miedo desaparezca es aceptándolo y pidiendo más. Cuando reconoces que puedes vivir con esos sentimientos, es precisamente en ese instante cuando desaparecen.

Desafía al miedo en cuanto aparezca, pide más.

Mucha paciencia, sé que no es fácil, pero enfrentarse al miedo de cara y aceptándolo como algo normal es la única manera de aprender a controlarlo y a utilizarlo como nuestro aliado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario