Marcos era un tipo normal, con ambiciones en la vida, marcado fuertemente por su entorno y con ganas de progresar. Hacía tiempo que Marcos se veía estancado en una vida monótona, donde la inmensa mayoría de sus problemas , vistos desde fuera, no parecían gran cosa, pero que a él, le afectaban considerablemente.
Uno de esos problemas era no evolucionar en su vida, tanto en el trabajo como en su vida personal. Cuando pensaba en los en los motivos del problema y en las soluciones que podría tomar, se obcecaba con una marea de pensamientos circulares que no le ayudaban a comprender nada, y por tanto, a poder actuar.
Pensaba en una grandísima cantidad de acciones a tomar, y las analizaba una y otra vez para saber cual era la mejor, pero claro, su mente no daba a basto, y una posible actuación se contradecía con otra si la llevaba a cabo. Al final, dejaba pasar el tiempo, tirando la toalla porque no era capaz de sacar nada en claro.
La situación que podemos observar que vive nuestro amigo Marcos, es muy común. La encontramos muchos de nosotros en nuestro día a día. Pero por suerte, muchas veces nuestra autoestima, así como nuestro estado anímico no depende de ello.
En este caso a Marcos le estaba afectando emocionalmente mucho. Tanto, que llegaba a casa deprimido , sin ganas de hacer nada, y todo, por no poder salir de su nube de pensamientos circulares que no le llevaban a ninguna parte.
Le sucedía lo que podemos llamar, "parálisis por análisis". Es tal el grado de análisis de todos los pros y contras de las decisiones a llevar a cabo, que se pralizaba y no sabía por dónde tirar.
Y aquí es donde entra la labor de un Coach, y una de sus herramientas , LAS PREGUNTAS.
Si lo pensamos bien, cuando te hacen una pregunta , nuestro cerebro activa diversas partes de éste y busca la información por muy escondida que esté. Las preguntas nos activan, nos hacen pensar y nos dan las soluciones que buscamos. Evidentemente, el tipo de pregunta también influirá en mayor o menor medida.
El trabajo de un Coach, es el de estimular a su cliente, para que el propio cliente sea el que de con las soluciones que necesita. El Coach no te da las soluciones, hace que tu las encuentres.
A quién no le ha pasado , el hecho de decir: "quiero hacer tantas cosas, que al final no hago ninguna".
Con las preguntas el Coach puede ver los verdaderosa intereses de Marcos, puede atravesar la nube de pensamientos para que Marcos localice lo que realmente quiere hacer, y cómo quiere hacerlo.
El mundo de las preguntas es muy amplio, más adelante veremos cómo funciona nuestro cerebro con las cuestiones , como lo estimulan y encuentran la información que realmente necesitamos.
Me ha gustado mucho esta entrada, me he sentido super identificado con el tal Marcos. De hecho, pienso que uno de los grandes problemas que tenemos hoy en día es precisamente ese, el que tú denominas "parálisis por análisis". Son tantas las opciones y posibilidades que tenemos por delante que, en lugar de beneficiarnos, terminan por se una fuente de ansiedad y duda inagotable. Quiero un coach en mi vida que me haga preguntas!!!
ResponderEliminarPues tampoco tienes que buscar mucho, Carlos... jejeje...
ResponderEliminarTotalmente identificado.
ResponderEliminarMr Font, busca en tu interior.
Y si la respuesta no hayas,
de aquí no te vayas
sin hablar con Jimmy Guillot.
M&D